Pesa casi el doble que un recién nacido normal, pero lo más extraordinario de Jasleen, la bebé de 6 kilos y 57’5 centímetros de estatura que nació el pasado viernes en Leipzig (Alemania), es que llegó al mundo por parto naturalsin necesidad de realizar cesárea. Su madre María, de 31 años, apareció en el hospital lista para dar a luz ese mismo día, y a pesar de los riesgos y de que los médicos prefieren por seguridad realizar una cirugía en estos casos, el parto sucedió sin imprevistos. "Me quedé muy sorprendida con su tamaño", cuenta la madre. Según los especialistas consultados por los medios y el comunicado publicado por el hospital, el desproporcionado tamaño de Jasleen es resultado de lo que se conoce como diabetes gestacional, la cual no se le había diagnosticado.
¿Cómo afecta la diabetes gestacional a un bebé?
Según la Asociación Americana de Diabetes, esta condición afecta a una cifra cercana al 4% de las embarazadas. Y aunque no se conoce su causa, se sabe que se produce cuando las hormonas de la placenta, que ayudan al desarrollo del bebé, impiden la acción de la insulina en el cuerpo de la madre. Cuando el cuerpo de la madre no es capaz de producir toda al insulina que necesita para el embarazo, esto conduce a la hiperglucemia (acumulación de glucosa en sangre) y activa una respuesta del páncreas del bebé que produce más insulina para descartar la glucosa en la sangre. Como el bebé recibe más energía de la necesaria para el crecimiento, ésta se convierte en grasa y puede llevar a la macrosomía, o lo que es lo mismo, a la obesidad del recién nacido.
Según la Asociación Americana de Diabetes, esta condición afecta a una cifra cercana al 4% de las embarazadas. Y aunque no se conoce su causa, se sabe que se produce cuando las hormonas de la placenta, que ayudan al desarrollo del bebé, impiden la acción de la insulina en el cuerpo de la madre. Cuando el cuerpo de la madre no es capaz de producir toda al insulina que necesita para el embarazo, esto conduce a la hiperglucemia (acumulación de glucosa en sangre) y activa una respuesta del páncreas del bebé que produce más insulina para descartar la glucosa en la sangre. Como el bebé recibe más energía de la necesaria para el crecimiento, ésta se convierte en grasa y puede llevar a la macrosomía, o lo que es lo mismo, a la obesidad del recién nacido.
El récord de la bebé más grande de Alemania
El profesor Holger Stepan, director de obstetricia del Hospital Universitario de Leipzig, explicó que la instalación reunió a un equipo de comadronas y especialistas en ginecoobstetricia para supervisar el nacimiento en cuanto advirtieron el peligroso tamaño de Jasleen.
"Nos decidimos a probar un parto natural, a pesar del tamaño de la bebé y el exceso de peso de la madre, debido a que una cesárea hubiera supuesto a nuestro jucio un riesgo aún más significativo", dijo Stepan en un comunicado. María, la madre de Jasleen, acudió al hospital al sentir dolores de parto, pero no era paciente regular de la institución, informó Stepan, quién también añadió que Jasleen es la bebé de mayor tamaño a la que ha ayudado en toda su carrera. Actualmente la bebé se encuentra en perfecto estado en la unidad neonatal, según ha confirmado el hospital.
"Mi hija de 11 años de edad pesó la tercera parte de esta al nacer, y mi hijo de dos años de edad, un poco menos", contó María al diario alemán Der Spiegel. "Sentía que mi estómago era mucho más grande esta vez, pero no tenía idea de que tuviera dentro a unagigante".
Jasleen no solo le arrebató el trono al bebé más grande de Alemania, un niño de 5 kilos y 900 gramos llamado Jihad Yagi y nacido en noviembre de 2011, sino que se ha convertido en la bebé más grande del mundo en nacer de parto natural. Sin embargo, Jasleen está bastante lejos de batir el récord mundial histórico registrado hasta la fecha, en manos de Anna Bates, una canadiense que dió a luz a una bebé de diez kilos en 1879. La causa era que la señora Bates y su marido Martin eran ambos "gigantes": median 2’26 y 2’41 metros respectivamente. Lamentablemente, el bebé murió 11 horas después.
"Nos decidimos a probar un parto natural, a pesar del tamaño de la bebé y el exceso de peso de la madre, debido a que una cesárea hubiera supuesto a nuestro jucio un riesgo aún más significativo", dijo Stepan en un comunicado. María, la madre de Jasleen, acudió al hospital al sentir dolores de parto, pero no era paciente regular de la institución, informó Stepan, quién también añadió que Jasleen es la bebé de mayor tamaño a la que ha ayudado en toda su carrera. Actualmente la bebé se encuentra en perfecto estado en la unidad neonatal, según ha confirmado el hospital.
"Mi hija de 11 años de edad pesó la tercera parte de esta al nacer, y mi hijo de dos años de edad, un poco menos", contó María al diario alemán Der Spiegel. "Sentía que mi estómago era mucho más grande esta vez, pero no tenía idea de que tuviera dentro a unagigante".
Jasleen no solo le arrebató el trono al bebé más grande de Alemania, un niño de 5 kilos y 900 gramos llamado Jihad Yagi y nacido en noviembre de 2011, sino que se ha convertido en la bebé más grande del mundo en nacer de parto natural. Sin embargo, Jasleen está bastante lejos de batir el récord mundial histórico registrado hasta la fecha, en manos de Anna Bates, una canadiense que dió a luz a una bebé de diez kilos en 1879. La causa era que la señora Bates y su marido Martin eran ambos "gigantes": median 2’26 y 2’41 metros respectivamente. Lamentablemente, el bebé murió 11 horas después.
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ASTRONÁUTICA
Gran Enciclopedia de la Astronáutica (149): IE (Ionospheric Explorer)
IE (Ionospheric Explorer)
Satélite; País: EEUU; Nombre nativo: Ionospheric Explorer
El estudio de la zona superior de la ionosfera sería el objetivo de una nueva misión de la NASA denominada Explorer S-48 o TOPSI (Top Side Explorer). Su labor descendía básicamente de la encargada al viejo Explorer-8 (Explorer S-30) y que desde entonces habían llevado a cabo vehículos no estadounidenses, como el Ariel-1 o el Alouette-1.
El S-48, más moderno, fue construido por el Airbone Instruments Lab. de la empresa Cutler-Hammer, Inc., para el centro Goddard de la NASA. Parecido al Explorer-8, tenía como aquel una forma de doble cono truncado, de 0,66 metros de diámetro y 0,83 metros de alto. Pesaría 44,5 Kg. Su objetivo sería la medición de las irregularidades de la zona superior de la ionosfera, para lo cual transportaba una sonda iónica proporcionada por el University College de Londres e instalada en el extremo de una pequeña pértiga que surgía de la zona cónica superior, y un emisor de seis frecuencias (con seis antenas) que sondeaba la región a estudiar, construido por el Central Radio Propagation Laboratory del National Bureau of Standards. Los dipolos surgían del pequeño cilindro central del satélite, uno de 18,28 metros de largo, y el resto de 9,14 metros. Todo ello permitiría medir la densidad iónica y la temperatura, y la distribución de los electrones. Además, la carga incluía un receptor de radio para el ruido galáctico, ideado por el centro Goddard.
Satélite; País: EEUU; Nombre nativo: Ionospheric Explorer
El estudio de la zona superior de la ionosfera sería el objetivo de una nueva misión de la NASA denominada Explorer S-48 o TOPSI (Top Side Explorer). Su labor descendía básicamente de la encargada al viejo Explorer-8 (Explorer S-30) y que desde entonces habían llevado a cabo vehículos no estadounidenses, como el Ariel-1 o el Alouette-1.
El S-48, más moderno, fue construido por el Airbone Instruments Lab. de la empresa Cutler-Hammer, Inc., para el centro Goddard de la NASA. Parecido al Explorer-8, tenía como aquel una forma de doble cono truncado, de 0,66 metros de diámetro y 0,83 metros de alto. Pesaría 44,5 Kg. Su objetivo sería la medición de las irregularidades de la zona superior de la ionosfera, para lo cual transportaba una sonda iónica proporcionada por el University College de Londres e instalada en el extremo de una pequeña pértiga que surgía de la zona cónica superior, y un emisor de seis frecuencias (con seis antenas) que sondeaba la región a estudiar, construido por el Central Radio Propagation Laboratory del National Bureau of Standards. Los dipolos surgían del pequeño cilindro central del satélite, uno de 18,28 metros de largo, y el resto de 9,14 metros. Todo ello permitiría medir la densidad iónica y la temperatura, y la distribución de los electrones. Además, la carga incluía un receptor de radio para el ruido galáctico, ideado por el centro Goddard.
Explorer-20. (Foto: NASA)
La misión prosiguió de forma parcialmente correcta durante 16 meses, afrontando algunos episodios de interferencia y acumulando numerosas sesiones de captación de datos, cuyas duraciones, de media hora a 4 horas, dependían de la carga en las baterías. La sonda iónica fue la más afectada debido a la cubierta de plasma generada por el propio satélite.
El Explorer-20 dejó de responder a las señales procedentes de la Tierra a partir del 20 de diciembre de 1965 y no fue posible apagar sus sistemas.
El satélite aportó interesante información. Mientras que la misión Alouette proporcionó datos obtenidos de lecturas hechas en la vertical de la ionosfera, el Explorer-20 hizo lo propio sobre la horizontal. Los estudios tendrían después aplicaciones para los satélites de comunicaciones, ya que se obtuvo una buena idea de qué frecuencias de radio penetraban mejor la ionosfera y sufrían menos interferencias.
El siguiente satélite de la serie, y los posteriores, serían en realidad una colaboración entre la NASA y la State University of Iowa. Esta universidad había estado haciendo estudios ionosféricos mediante los satélites Injun con la colaboración de los militares, que proporcionaron sus cohetes. Una vez finalizada esta fase inicial, la State University of Iowa contactó con la NASA para proseguir la investigación, ahora desde un punto de vista puramente científico. La agencia resguardará los futuros Injun bajo el paraguas de la serie Explorer, dado que la información sobre la atmósfera era un tema de interés conjunto para la NASA y la comunidad científica.
Explorer-25. (Foto: NASA)
Construido por la propia State University of Iowa, el Injun-4 tendría un aspecto esférico, con 40 superficies planas y un diámetro de 0,61 metros y una altura de 0,74 metros. Pesó 40,8 Kg. A bordo transportaba 16 sensores de radiación proporcionados por la universidad, que intentarían medir la relación entre la radiación y la densidad atmosférica en la zona alta de la atmósfera. El satélite, que se alineaba de forma magnética (gracias a un magnetómetro), estudiaría el flujo de partículas energéticas que entraban en la atmósfera, el calentamiento de esta última y las variaciones en su diámetro en función de la actividad geomagnética. Para ello llevó detectores de partículas de varias clases, incluyendo un contador Geiger-Mueller.
Sus baterías, alimentadas por células solares, proporcionaban electricidad para estos instrumentos y para la grabadora de a bordo, que almacenaba los datos obtenidos por los sensores. Éstos también se podían enviar a la Tierra directamente.
Después de algunos problemas en la consecución de la conveniente alineación magnética, que no se produjo hasta febrero de 1965, el satélite ofreció medidas de los cinturones de Van Allen y de la prueba nuclear Starfish, cuyos efectos se iban disipando. El Explorer-25 finalizó sus operaciones en diciembre de 1966.
La combinación de dos satélites, un Injun y un AD, se repitió en 1968, con el lanzamiento el 8 de agosto de los Explorer-39 (AD-C) y 40 (Injun-5). Ello permitiría poner en relación las mediciones de radiación de uno con la densidad atmosférica del momento inferida por el otro.
De nuevo, la State University of Iowa preparó el satélite Injun, que en esta ocasión pesaría 71, 2 Kg. Su diseño sería muy diferente a su antecesor. Era un prisma hexagonal de 0,74 metros de altura y 0,76 metros de ancho. Su estructura permitía llevar al Explorer-39 plegado, así como los sistemas de inflado y expulsión de éste. El Injun-5 continuaría la tarea del Explorer-25, midiendo el influjo de partículas que llegaban a la atmósfera y las emisiones de radio de muy baja frecuencia de la ionosfera relacionadas con dicho flujo, estudiando las bandas de radiación y de los rayos cósmicos solares, y de la temperatura y densidad de los electrones y los iones positivos. La universidad proporcionó para ello un analizador de partículas diferencial, un detector de estado sólido, un receptor VLF, y analizadores esféricos de partículas. Todo ello serviría para estudiar la interacción de la radiación solar con la atmósfera durante el máximo solar.
Explorer-40. (Foto: NASA)
El satélite encontró rastros de partículas ionizadas de carbono, nitrógeno y oxígeno, las cuales se hallaban atrapadas en el cinturón exterior de Van Allen. El 31 de mayo de 1970, el vehículo fue apagado, y reactivado el 18 de febrero de 1971, hasta junio de 1971. Finalmente dejó de funcionar.
La State University of Iowa había construido un segundo satélite idéntico al Injun-5, como reserva, pero dado el buen funcionamiento de la unidad principal, no fue lanzado ni reformado para una posterior misión. En su lugar, fue donado al museo Smithsonian.
En efecto, el siguiente Injun utilizaría un diseño completamente diferente, más avanzado, pero al mismo tiempo más pequeño que su antecesor. Su peso, sólo 26,6 Kg, sería adecuado para las capacidades de su lanzador Scout, que tendría la tarea de situarlo en una órbita de altísimo apogeo.
El satélite consistió en un cono truncado de 0,75 metros de diámetro y ocho caras (0,25 metros en la parte superior), y 0,75 metros de altura total. Cubierto de células solares, el vehículo, construido por la University of Iowa, llevaría un magnetómetro construido por la citada universidad y el centro Langley, así como un analizador de plasma y otro de protones-electrones. Dos antenas de más de 10 metros para medir los campos eléctricos, y una pértiga para el magnetómetro, surgían del cuerpo principal. Su objetivo sería estudiar la magnetosfera en la zona polar, por lo que fue colocado en una órbita inclinada 89,8 grados, con un perigeo de 469 Km y un apogeo de 125.570 Km, lo que permitiría obtener un punto de vista por encima de la región (ello le valió el nombre de Hawkeye, u ojo de halcón). También se mediría el viento solar y sus efectos sobre el campo magnético terrestre, y las radioemisiones de los electrones solares en el medio interplanetario.
Explorer-52. (Foto: NASA)
El satélite participó en el programa International Magnetospheric Study, para el que trabajó hasta mediados de 1977, obteniendo lecturas magnetosféricas que envió en tiempo real a la Tierra. Concluidas sus operaciones, acabó reentrando el 28 de abril de 1978.
Con esta misión finalizó la familia Ionospheric Explorer de la NASA.
Nombres
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Lanzamiento
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Hora (UTC)
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Cohete
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Polígono
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Identificación
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Explorer-20 (TOPSI) (NASA S-48) (IE-A)
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25 de agosto de 1964
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13:43
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Scout X-4 (S134R)
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Vandenberg PALC-D
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1964-51A
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Explorer-25 (Injun-4) (Injun-B) (IE-B)
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21 de noviembre de 1964
|
17:09:39
|
Scout X-4 (S135R)
|
Vandenberg PALC-D
|
1964-76B
|
Explorer-40 (Injun-5) (Injun-E) (IE-C)
|
8 de agosto de 1968
|
20:12:00
|
Scout-B (S165C)
|
Vandenberg SLC5
|
1968-66B
|
Explorer-52 (Injun-6) (Injun-F) (IE-D) (Hawkeye-1) (Neutral Point Explorer)
|
3 de junio de 1974
|
23:09:11
|
Scout E-1 (S191C)
|
Vandenberg SLC5
|
1974-40A
|
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ASTROFÍSICA
Espectacular distorsión de galaxia espiral por la gravedad de una elíptica cercana
Cuando dos galaxias pasan demasiado cerca una de la otra, la atracción gravitacional que cada una ejerce sobre la otra puede desviar de su posición normal regiones galácticas extensas. En el caso de una galaxia elíptica, al ser muy compacta, es más difícil que esa influencia gravitacional genere efectos vistosos, pero en una galaxia espiral, con una periferia caracterizada por largos brazos, las distorsiones saltan claramente a la vista.
Un llamativo caso ha sido recogido de modo detallado por el Telescopio Espacial Hubble. Se trata de la pareja de galaxias Arp 142.
La galaxia azulada NGC 2936, una de las dos galaxias de Arp 142 enzarzadas en una especie de tira y afloja cósmico, en la constelación de Hydra, tiene una forma que recuerda a la de un pingüino. NGC 2936 era una galaxia espiral normal antes de ser desfigurada por la gravedad de su compañera cósmica.
Algunos restos de su estructura espiral todavía se pueden ver. Por ejemplo, el antiguo bulbo galáctico ahora forma el "ojo" del "pingüino".
La compañera cercana de NGC 2936, la galaxia elíptica NGC 2937, aparece como un óvalo brillante blancuzco, sin distorsiones espectaculares como las de la otra galaxia. Siguiendo el ejemplo de la similitud de su compañera con un pingüino, es fácil imaginar a NGC 2937 como un huevo que está siendo cuidado y vigilado por el pingüino.
Los efectos de la interacción gravitatoria entre las galaxias pueden ser devastadores. Las dos galaxias de Arp 142 están lo bastante cerca una de otra como para interactuar con violencia, intercambiando cantidades notables de materia y causando estragos en diversas estructuras originales.
Un llamativo caso ha sido recogido de modo detallado por el Telescopio Espacial Hubble. Se trata de la pareja de galaxias Arp 142.
La galaxia azulada NGC 2936, una de las dos galaxias de Arp 142 enzarzadas en una especie de tira y afloja cósmico, en la constelación de Hydra, tiene una forma que recuerda a la de un pingüino. NGC 2936 era una galaxia espiral normal antes de ser desfigurada por la gravedad de su compañera cósmica.
Algunos restos de su estructura espiral todavía se pueden ver. Por ejemplo, el antiguo bulbo galáctico ahora forma el "ojo" del "pingüino".
La compañera cercana de NGC 2936, la galaxia elíptica NGC 2937, aparece como un óvalo brillante blancuzco, sin distorsiones espectaculares como las de la otra galaxia. Siguiendo el ejemplo de la similitud de su compañera con un pingüino, es fácil imaginar a NGC 2937 como un huevo que está siendo cuidado y vigilado por el pingüino.
Los efectos de la interacción gravitatoria entre las galaxias pueden ser devastadores. Las dos galaxias de Arp 142 están lo bastante cerca una de otra como para interactuar con violencia, intercambiando cantidades notables de materia y causando estragos en diversas estructuras originales.
Las dos galaxias. NGC 2936, que en su día fue una galaxia espiral normal, ahora parece un pingüino, custodiando el huevo que es lo que parece su compañera NGC 2937, una pequeña galaxia elíptica. (Foto: NASA, ESA, Hubble Heritage Team -STScI/AURA-)
Este par de galaxias lleva el nombre del astrónomo estadounidense Halton Arp, el creador del Atlas de Galaxias Peculiares, un catálogo de galaxias con formas extrañas que se publicó originalmente en 1966. Arp recopiló los datos para el catálogo en un intento de entender cómo evolucionaron las galaxias y cambiaron de forma con el paso del tiempo, un tema muy poco conocido en su época, y que ahora todavía presenta importantes lagunas. Arp escogió sus objetivos en función de sus extrañas apariencias, pero los astrónomos más tarde se dieron cuenta que muchos de los objetos en el catálogo Arp eran conjuntos de galaxias interactuando entre ellas y fusionándose.
El Telescopio Espacial Hubble es un proyecto de cooperación internacional entre la ESA (Agencia Espacial Europea) y la NASA.
Información adicional
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Los probablemente terribles orígenes de la monogamia en humanos
Dos equipos de científicos analizaron las posibles razones por las que algunas especies se volvieron monógamas, como los hombres
Por Elizabeth Landau
Jueves, 01 de agosto de 2013 a las 20:12
Jueves, 01 de agosto de 2013 a las 20:12
Los leones son algunos de los mamíferos a los que tras el apareamiento se les acaba 'el amor' e inicia el riesgo de infanticidio (Getty Images).
Lo más importante
- Algunos estudios indican que la monogamia pudo haber tenido beneficios evolutivos
- En un estudio se observa el papel del padre en la prevención del infanticidio masculino
- En otro se observa la dispersión femenina como respuesta a la escasez de recursos
Temas relacionados
Estoy lejos de convencido de que los humanos realmente son monógamos | ||
Tim Clutton-Brock, profesor de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Cambridge |
(CNN) — Los humanos no siempre son fieles a una sola pareja durante toda la vida, pero muchos, al menos teóricamente, son monógamos.
Los científicos todavía se preguntan: ¿de dónde vino esta tendencia a formar relaciones duraderas con solo una persona?
Dos estudios publicados esta semana abordan la pregunta, pero uno indica que los padres se quedan para proteger a sus hijos del infanticidio y el otro que se debe a la distribución de recursos de las hembras.
Aproximadamente el 90% de las especies de pájaros practican la monogamia; mientras que lo mismo sucede en solo el 3% de los mamíferos.
Vivir en pareja tiene sentido para las aves debido a que la crianza exitosa requiere que ambos padres incuben los huevos y proporcionen comida a los bebés. Por otro lado, en los mamíferos, el feto crece dentro de la madre, y ella amamanta al bebé; actividades en las que los machos no juegan un papel.
“Los machos deben tener tiempo y energía adicionales, los cuales podrían utilizar para aparearse con otras hembras”, dijo Dietar Lukas, un investigador del departamento de Zoología en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.
Normalmente, los mamíferos machos se aparean con múltiples hembras en una sola temporada de reproducción; un sistema llamado poliginia. La monogamia representa un problema para los objetivos evolutivos de los machos, que son sobrevivir y reproducirse, ya que quedarse con una pareja limita su potencial de tener descendencia.
Sin embargo, una cuarta parte de los primates muestran monogamia social. El fenómeno parece haberse desarrollado hace 16 millones de años, lo que es relativamente tarde en la historia de los primates, según un nuevo estudio liderado por Cristopher Opie, en la Universidad College London, en Reino Unido.
Esta estructura de reproducción también se ve en lobos, chacales, castores, suricatas, arañas, camarones y muchos otros animales. Así que debe haber una razón (o razones) evolutiva importante para que los machos de algunas especies se queden con solo una pareja hembra hasta sus muertes ¿Pero cuál?
¿Debido al infanticidio?
Los investigadores del College London se enfocaron en los primates, un subgrupo formado por mamíferos que comparten características como los humanos, los chimpancés y los gorilas. Utilizaron el término “monogamia social” para referirse a “vivir en pareja” y publicaron el estudio en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los investigadores analizaron a 230 especies de primates desde varias perspectivas: su árbol genealógico, su genética y comportamiento. Postularon que hay tres posibles explicaciones para la monogamia social en este grupo
Una es el cuidado parental; que el padre se queda para ayudar a cargar a los niños. Por ejemplo, algunos primates monógamos del Nuevo Mundo a menudo dan a luz a gemelos.
Otra idea es la dispersión de una sola hembra en un gran territorio, lo cual dificulta que los machos puedan reclamar más de una hembra.
Sin embargo, la explicación que estos investigadores favorecen es que un macho que vive con una hembra puede proteger a sus crías del peligro que representan otros machos, quienes podrían querer matar a esos hijos.
¿Por qué? Las mamíferas usualmente no se embarazan mientras amamantan, así que un macho que no es el padre podría aumentar sus probabilidades de aparearse con la madre si mata a las crías.
Aunque el cuidado parental y la concentración de hembras en cierto territorio también son rasgos de la monogamia social, el infanticidio por parte de los machos es el único que parece haber precedido, históricamente, al cambio hacia la monogamia social, dicen los investigadores.
“En nuestros análisis se sugiere que las especies socialmente monógamas suelen tener tasas menores de infanticidio masculino”, escribieron los autores del estudio.
Esto puede ser un pensamiento incómodo, pero los investigadores sugieren que el infanticidio masculino pudo haber presionado a nuestros ancestros a permanecer en pareja a largo plazo.
Hay evidencia de que los australopitecos y los primeros humanos modernos mostraban comportamientos monógamos. Los investigadores teorizaron que, en los humanos en particular, la transición hacia la monogamia social dependió de que las mujeres eligieran ser fieles a los hombres, y eso puede deberse a que querían proteger a sus hijos.
Pero Maren Huck, investigadora de primates en la Universidad de Derby en Reino Unido, no cree completamente esta historia. Dice que son “cuestionables” las clasificaciones de las características clave de varias especies en este estudio. Escribió en un correo electrónico que “sería prematuro afirmar con confianza que el infanticidio fue el factor clave en la evolución de la monogamia social en los primates”.
¿Debido al territorio y los recursos alimentarios?
La conclusión del estudio del College London es distinta de que otro grupo de científicos publicó en Science esta semana. En este segundo estudio se analizaron los árboles genealógicos de más de 2,500 mamíferos. Esta muestra representativa es mucho más grande que la del análisis del College London, pero esta vez, los humanos no fueron incluidos.
“Estoy lejos de convencido de que los humanos realmente son monógamos”, dijo Tim Clutton-Brock, profesor de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Cambridge.
Lukas y Clutton-Brock ven a la “monogamia social” distinto: como una pareja reproductiva macho-hembra que están unidos, con o sin sus hijos, durante al menos una temporada de reproducción.
Sugieren que en algunas especies de mamíferos, las hembras comenzaron a encontrar alimentos de mejor calidad en áreas donde estaban más separadas entre sí. Como resultado, las hembras defendían agresivamente los territorios donde había estos alimentos, manteniendo fuera a otras hembras.
“Cuando comenzaron a extenderse aún más, fue cuando los machos parecieron cambiar sus estrategias de apareamiento”, dijo Lukas, autor principal del estudio. Otras especies que llegaron a especializarse en comida más abundante, particularmente en las praderas, evolucionaron para ser polígamos, dijo Clutton-Brock.
Huck dijo que al parecer también estos resultados se enfocan en la monopolización de apareamiento (reproducirse con solo una pareja), en lugar de cómo algunos animales evolucionaron para vivir en pareja.
¿Qué hay de los humanos?
Clutton-Brock recomendó no sacar cualquier conclusión definitiva sobre los humanos a partir del estudio, pero dijo que es posible que la dieta y los patrones de recursos que se describieron en su artículo, así como la necesidad de cuidado parental extenso en nuestras especie, pudieran tener algo que ver con la evolución de las estrategias humanas de reproducción.
Debido a que los otros grandes primates practican la poliginia y que los hombres y mujeres difieren tan marcadamente en su tamaño corporal promedio y longevidad, Clutton-Brock dice que “la condición ancestral para los humanos probablemente es la poliginia”.
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