Los gigantescos agujeros negros del espacio son
sin dudas uno de los fenómenos naturales más
interesantes y enigmáticos del universo, sobre
ellos giran un sin número de teorías y no pocas
obras de la literatura de ciencia ficción los
han usado como pretexto para contar las
más variadas historias.
Pero otros “agujeros negros” menos conocidos
han sido descubiertos hace pocos años por
los oceanógrafos en nuestro propio planeta,
un fenómeno que está en pleno epicentro de
las investigaciones marinas debido a sus
particulares características y su posible
influencia en la regulación del clima.
De estos agujeros negros oceánicos
queremos hablarte hoy.
Descubrimiento de los agujeros negros
en el océano
Estos fenómenos fueron inicialmente
documentados entre noviembre del
2006 y febrero del 2007, cuando un satélite
que exploraba el Atlántico sur tomó una
imágenes de grandes remolinos de alrededor
de 150 km dediámetro que llamaron la
atención de los científicos.
Rápidamente comenzaron las investigaciones
y descubrieron que estos remolinos se
comportaban de una manera muy similar a
los agujeros negros del espacio, ya que
atrapaban numerosos elementos que entraban
en ellos de tal manera que no podían escapar,
tanto elementos extraños al mar como los
plásticos,como el agua, entre otros.
¿En qué se parecen a los agujeros negros
espaciales?
Aunque estos fenómenos marinos y los verdaderos
agujeros negros tienen un origen y una
explicación abismalmente diferentes, ciertas
características de estos remolinos han
desconcertado a los investigadores, por su
similitud a lo que ocurre en el espacio.
Los agujeros negros espaciales se caracterizan
por poseer una masa tan grande que su gravedad
es capaz de atraer todo lo que está demasiado
cerca de su rango de acción, incluso la luz.
En muchos casos y debido a determinadas
condiciones, la luz forma órbitas cerradas
que forman unas barreras llamadas esferas
de fotones alrededor del agujero, según la
teoría de la relatividad de Einstein.
Pues bien, estos nuevos agujeros presentan en el
borde de sus vórtices un ancho cinturón brillante
muy semejante a las esferas de fotones
anteriormente descritas, aunque en estos
casos están formadas por invertebrados
marinos bioluminiscentes.
Las partículas del fluido en este caso se mueven
en una órbita cerrada similar al movimiento de
la luz en la fotosfera, y nada puede escapar
de su interior, como ocurre en el espacio.
Un estudio de un año de duración demostró
que transcurrido ese tiempo, el agua y todo
lo que se encontraba en el interior de
estos remolinos seguían sin mezclarse
con el agua circundante.
¿Qué implicaciones podrían tener estos
fenómenos?
Según los científicos, que publicaron sus
descubrimientos recientes en la revista Journal
of Fluid Mechanic, estas barreras luminosas
podrían ayudar a identificar los límites de estos
remolinos oceánicos, pues estos son complicados
de localizar en muchas ocasiones, lo cual se
complica aún más si tenemos en cuenta que estos
grandes giros van a la deriva a través del océano.
Esto ayudaría a estudiar mejor el funcionamiento
de los océanos y su influencia sobre el clima
global o local.
No hay dudas de que estos fascinantes fenómenos
recién descubiertos están abriendo numerosas
interrogantes y en los próximos años las
investigaciones estarán centradas en aportar
más respuestas sobre su posible impacto
ecológico, atmosférico, físico y químico tanto
en la parte líquida,como la parte terrestre
de nuestro planeta.
Interesante descubrimiento,
¿verdad?
GRACIAS
Y
No hay comentarios:
Publicar un comentario