Los minerales preservados en un diamante son la primera evidencia de que en las profundidades de nuestro planeta puede haber tanta agua atrapada en las rocas como la que hay en todos los océanos.
El diamante, originario de Brasil, contiene minerales formados a una profundidad de hasta 600km y que tienen cantidades significativas de agua atrapada en su interior, tal como afirma un estudio publicado en la revista Nature.
A partir de este hallazgo, los autores del trabajo sugieren que en muchos planetas rocosos también puede haber agua almacenada en su interior.
Los diamantes, traídos a la superficie por violentas erupciones de profundas rocas volcánicas llamadas kimberlitas, son una ventana tentadora para asomarse hacia el centro de la Tierra.
Como parte de un estudio más amplio, Graham Pearson y su equipo de investigadores de la Universidad de Alberta, en Canadá, analizaron el diamante de una kimberlita de 100 millones de años encontrado en la zona de Juína, en el estado de Mato Grosso.
Los científicos advirtieron que contenía un mineral, ringwoodita, que sólo se forma a profundidades de entre 410km y 660km bajo la superficie terrestre, lo que muestra cuán hondo puede ser el origen de algunos diamantes.
Océanos subterráneos
Esta es la primera vez que se encuentra una ringwoodita terrestre, ya que este mineral sólo había sido observado en meteoritos.
Pero lo más extraordinario es que los investigadores encontraron que el mineral contiene alrededor de 1% de agua.
Aunque parezca muy poco, la ringwoodita forma casi la totalidad de esa inmensa porción de la Tierra profunda, una zona de transición entre los mantos superior e inferior.
Es decir que puede haber una enorme cantidad de agua atrapada en los minerales del interior del planeta.
"Encontrar agua en una concentración tan grande supone un desarrollo enormemente significativo de nuestra comprensión del origen del agua presente en la superficie de la Tierra", expresó Sally Gibson, de la Universidad de Cambridge, de Reino Unido, al ser consultada por la BBC sobre la relevancia de este descubrimiento.
Las observaciones de Pearson y su equipo son la primera evidencia de que lo más profundo del planeta puede almacenar agua y resuelve una controversia de 25 años de antigüedad sobre si el centro de la Tierra es seco, húmedo o húmedo en algunas áreas.
"El hallazgo destaca el valor único de los diamantes naturales al atrapar y preservar fragmentos del interior de la Tierra", dijo Pearson a la BBC.
"Pareciera que ha estado en el infierno y ha regresado", dijo Pearson.
Planeta azul
Joseph Smith, de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, ha pasado muchos años estudiando ringwooditas y minerales similares sintetizados en su laboratorio.
"¡Creo que es impresionante! Esto implica que el interior podría almacenar varias veces la cantidad de agua que hay en los océanos. Nos dice que el hidrógeno es un ingrediente esencial en la Tierra y no un agregado posterior proveniente de cometas", explicó Smith.
"Este descubrimiento implica que el hidrógeno podría controlar los procesos interiores de la Tierra de la misma forma en que controla los procesos de la superficie, y los planetas con agua, como la Tierra, podrían ser comunes en nuestra galaxia".
Una cuestión clave que surge de estas observaciones es tratar de comprender si las placas tectónicas terrestres llevan al reciclaje de océanos de agua en las profundidades y predecir la probable cantidad de agua atrapada en otros planetas rocosos.
Se presume la presencia de rinwoodita también en el interior de Marte, por ejemplo, donde se asienta sobre el núcleo metálico.
Los granos del mismo material sintetizado en el laboratorio de Smith brillan con un color azul intenso bajo el microscopio.
Y dadas la recién descubierta capacidad de la ringwoodita de albergar agua, su abundancia en las profundidades y su hermosa tonalidad, el término "planeta azul", parece aún más apropiado para la Tierra.
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