un búnker que hizo desaparecer a una ciudad del mapa
Publicado: 29 may 2014 | 14:49 GMT Última actualización: 29 may 2014 | 14:49 GMT
Hace 60 años en Balaklava, uno de los lugares turísticos más populares de Crimea, empezó la construcción de una base-búnker de submarinos soviéticos dentro de una roca, sitio que hasta ahora asombra por su grandiosidad.
Hace justo 60 años que en los mapas de la península de Crimea desapareció una ciudad entera, una ciudad conocida en la literatura y en las leyendas locales.
A mediados del siglo XX, en plena Guerra Fría, cuando EE.UU. y la URSS estaban inmersos en una gran carrera armamentística, en 1953, Iósif Stalin ordenó crear un búnker para submarinos capaz de resistir ante cualquier bombardero, incluido el nuclear, cuenta el portal militar ruso Voennye Materialy.
Con este objetivo se eligió la bahía de Balaklava, pintoresca ciudad en el Mar Negro, muy cerca de Sebastopol, donde en 1953 comenzó la construcción del llamado Objeto 825 GTS.
Escondida detrás de dos grandes rocas acantiladas y de una misteriosa entrada estrecha, con promontorios naturales a ambos lados, la tranquila bahía y la ciudad de Balaklava estuvieron siempre rodeadas de misterios y secretos, como casi todas las tierras de Crimea. Acerca de la misteriosa bahía han crecido multitud de leyendas, antiguas y no tanto, desde los viajes de Ulises a la presencia de innumerables tesoros del barco británico Príncipe Negro, que se hundió en la bahía cuando supuestamente llevaba el salario de todo el Ejército británico que desembarcó en este puerto durante la Guerra de Crimea, en el siglo XIX.
Esta vez los secretos y misterios que albergaban sus rocas eran tan altos y reales, que el mando soviético incluso eliminó la ciudad de los mapas y prohibió entrar en ella a todos, salvo a sus habitantes y al numeroso personal de la base.
Instalado dentro de una enorme roca en la cual puede caber una pirámide egipcia, la base es capaz de soportar un impacto directo de una de bomba nuclear de 100 kilotones (cinco veces la de Hiroshima). Además, el búnker tiene unas puertas de 10 toneladas, que protegen la base del impacto de una bomba química o nuclear. El Objeto 825 GTS tiene capacidad para albergar a entre siete y nueve submarinos y habitabilidad para 3.000 personas durante 30 días.
Indetectable en los años 50 y 60 para los potenciales enemigos y convertida al término de la Guerra Fría en museo, la roca-bunker de 127 metros de altura está atravesada por canales artificiales de 1.500 metros de longitud, entre 8 y 9 metros de profundidad y una anchura de entre 12 y 22 metros.
Los submarinos soviéticos de los proyectos 608, 613 y 633 de la Flota del Mar Negro de la URSS entraban a la roca directamente desde el mar y salían de ella para volver a efectuar sus misiones de patrulla. En paralelo con el canal fue construido un dique seco de 107 metros para la reparación de sumergibles. Además de los submarinos, la roca albergaba un arsenal nuclear.
En aquella época, los servicios secretos de la OTAN no consiguieron averiguar en qué 'agujero negro' se ocultaban los submarinos soviéticos al procesar los datos de las imágenes tomadas por sus satélites.
A mediados del siglo XX, en plena Guerra Fría, cuando EE.UU. y la URSS estaban inmersos en una gran carrera armamentística, en 1953, Iósif Stalin ordenó crear un búnker para submarinos capaz de resistir ante cualquier bombardero, incluido el nuclear, cuenta el portal militar ruso Voennye Materialy.
Con este objetivo se eligió la bahía de Balaklava, pintoresca ciudad en el Mar Negro, muy cerca de Sebastopol, donde en 1953 comenzó la construcción del llamado Objeto 825 GTS.
Escondida detrás de dos grandes rocas acantiladas y de una misteriosa entrada estrecha, con promontorios naturales a ambos lados, la tranquila bahía y la ciudad de Balaklava estuvieron siempre rodeadas de misterios y secretos, como casi todas las tierras de Crimea. Acerca de la misteriosa bahía han crecido multitud de leyendas, antiguas y no tanto, desde los viajes de Ulises a la presencia de innumerables tesoros del barco británico Príncipe Negro, que se hundió en la bahía cuando supuestamente llevaba el salario de todo el Ejército británico que desembarcó en este puerto durante la Guerra de Crimea, en el siglo XIX.
Esta vez los secretos y misterios que albergaban sus rocas eran tan altos y reales, que el mando soviético incluso eliminó la ciudad de los mapas y prohibió entrar en ella a todos, salvo a sus habitantes y al numeroso personal de la base.
Instalado dentro de una enorme roca en la cual puede caber una pirámide egipcia, la base es capaz de soportar un impacto directo de una de bomba nuclear de 100 kilotones (cinco veces la de Hiroshima). Además, el búnker tiene unas puertas de 10 toneladas, que protegen la base del impacto de una bomba química o nuclear. El Objeto 825 GTS tiene capacidad para albergar a entre siete y nueve submarinos y habitabilidad para 3.000 personas durante 30 días.
Indetectable en los años 50 y 60 para los potenciales enemigos y convertida al término de la Guerra Fría en museo, la roca-bunker de 127 metros de altura está atravesada por canales artificiales de 1.500 metros de longitud, entre 8 y 9 metros de profundidad y una anchura de entre 12 y 22 metros.
Los submarinos soviéticos de los proyectos 608, 613 y 633 de la Flota del Mar Negro de la URSS entraban a la roca directamente desde el mar y salían de ella para volver a efectuar sus misiones de patrulla. En paralelo con el canal fue construido un dique seco de 107 metros para la reparación de sumergibles. Además de los submarinos, la roca albergaba un arsenal nuclear.
En aquella época, los servicios secretos de la OTAN no consiguieron averiguar en qué 'agujero negro' se ocultaban los submarinos soviéticos al procesar los datos de las imágenes tomadas por sus satélites.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/129559-agujero-negro-crimea-bunker-desaparecer-ciudad-mapa-balaklava
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