domingo, 25 de enero de 2015

Crisis del Petróleo y Nueva Era

Crisis del Petróleo y Nueva Era


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Sin requerir de una profunda investigación de los hechos mundiales actuales con mayor impacto, no cabe duda que la brusca caída del precio del petróleo es el más importante, ya que plantea la creación de una nueva geopolítica y señala con precisión el año 2015 como el momento en que habrán de recomponerse los sistemas financieros globales, se replanteará la producción industrial con uso de energéticos, se reforzarán los controles ecológicos, se controlarán los medios de transporte y quizá se creará una nueva fórmula del Estado moderno y de sus relaciones diplomáticas en una especie de ‘estado global confederado’, al estilo de la Unión Europea. 
Como siempre ha sucedido en la Historia de la Humanidad, durante los períodos de tiempo cercanos a la caída de los grandes Imperios, todas las entidades regionales, con fronteras geográficas comunes o que realizaban operaciones comerciales con ellos sufren cambios notables, mientras se establece un nuevo equilibrio político, bélico, económico y cultural. Ahora mismo el fenómeno político-social de la caída del Imperio Norteamericano es aún mayor que todos los pasados, ya que desde mediados de los 70′s surgió el proceso de globalización y ahora es más extensivo, abarcando a todas los países del mundo. 
En el año de 1973, cuando los países árabes, miembros de la OPEP, redujeron los suministros de petróleo en respuesta a la guerra de Yom Kippur y seis años después la revolución iraní provocó un segundo impacto en la oferta y en el precio del petróleo, se generó un momento histórico en la geopolítica mundial, donde las grandes naciones consumidoras de hidrocarburos se ligaron al Medio Oriente e intentaron permanecer cerca de sus proveedores, al margen de sus grandes diferencias culturales e ideológicas. Llegando al grado de que en ciertos momentos de crisis en las relaciones comerciales con los grandes productores, las naciones de Occidente, encabezadas por los EUA tuvieron que recurrir a la guerra sin motivo alguno, tan sólo para garantizar su acceso a los hidrocarburos.
En el presente ese ciclo de invasión y genocidio en los países petroleros del Medio Oriente parece que ha llegado a su fin, por una parte debido al aumento brutal en la producción de ‘gas shale’ en los Estado Unidos que casi lo vuelve autosuficiente en su demanda, mientras que por razones del déficit en su erario federal ha tenido que renunciar a las guerras trasatlánticas que le generaban grandes consumos de hidrocarburos y las han reemplazado por las guerras con ‘drones’ y con misiles que son impulsados por los combustibles explosivos a base de sales de aluminio que fueron abandonados cuando terminó la Guerra Fría.
Por otra parte, China y la India han crecido con lentitud durante los últimos seis años y con ello han mantenido una baja demanda de hidrocarburos, han surgido nuevos descubrimientos de pozos de petróleo en muchos lugares del mundo y el precio del barril de crudo de los EUA ha caído un 33%. Así mismo su producción industrial de bienes materiales la ha ido cediendo a otras naciones con menores costos laborales, menos regulaciones ecológicas y magníficas prerrogativas fiscales. Además, de forma circunstancial, la caída de los precios del petróleo está ayudando a los Estados Unidos y al Occidente en general a saldar viejas deudas con Irán y con Rusia, sin tener que utilizar medidas punitivas y cambiar los códigos de la diplomacia internacional.
Como Irán tiene prohibido comerciar con los principales mercados del mundo y no tiene acceso al financiamiento en dólares, su declinante poder de exportación está socavando al régimen actual de Hassan Rouhaní, quién había prometido proporcionar empleo y crecimiento económico para los jóvenes iraníes y ahora todo depende de lo que decida Occidente.Por otra parte, este problema de la caída del petróleo se refleja en Rusia de una forma más dramática aún, ya que su presupuesto anual había sido estimado con una base de 100 dólares el barril de petróleo y la venta de hidrocarburos representan el 65% de su actividad comercial, por lo que la brutal caída del petróleo sólo acelerará su crisis recesiva actual originada por las sanciones que recibió de Occidente por su incursión en Ucrania. No obstante, Elvira Nabiullina, la señora que administra su Banca Central ha renunciado a apuntalar al rublo, ha subido a 17% el pago de intereses a los capitales que permanezcan en Rusia y aun así casi todos han huido causando la crisis más profunda del país soviético en los últimos 50 años.
Pero no hay duda de que la crisis más grave del mundo ocasionada por la caída del petróleo ha sido la de Japón, cuya deuda pública ya alcanza el 232% de su PIB de acuerdo a las últimas informaciones que proporcionó la entidad financiera de la Unión Europea. Desde su liberación del sistema financiero de Occidente no ha podido encontrar el camino y es la nación más emproblemada del mundo, ya que no cuenta con recursos propios de hidrocarburos, sus generadores nucleares de energía tienen grandes problemas y de todos sus vecinos, sólo Corea del Sur parece estar interesado en asociarse con ellos.
Es obvio que la caída de los precios del petróleo no derrumbará a todas las autocracias del mundo que carecen de ayuda externa, sino que habrá algunos casos en que saldrán muy beneficiadas, como son los casos de China y de la India, pero con esas excepciones y naturalmente la de los Estados Unidos, todas las naciones que carezcan de recursos energéticos propios sufrirán hasta que los precios regresen a niveles razonables, de modo que las inversiones en nuevas exploraciones y en las explotaciones con altos costos operativos no se detengan por no haber margen de utilidad.
Conclusiones.- La complejidad de este fenómeno actual de la caída de precios del petróleo es enorme, ya que al mismo tiempo se inicia la caída del Imperio Estadounidense y los países desarrollados de Europa se van alejando de su control, se derrumba el dominio de Occidente en el Medio Oriente, Rusia está al borde del colapso financiero, se liberan casi todos los países del Norte de Africa, se reconstruye el Islam y la OPEP pierde gran parte de su poder para controlar el comercio de hidrocarburos.
En este mismo año se construyó el nuevo Eje del Mundo Oriental con China, la India y Rusia como líderes visibles y cerca de una veintena de naciones asiáticas y de Polinesia. Son evidentes los fracasos de las diferentes asociaciones de países de izquierda en el Caribe y en Sud América. Mientras la fragmentación y decadencia de casi todas las naciones africanas es total.
De nuestro amado País solo podemos decir que quiénes lo gobiernan por ahora se ataron al futuro del petróleo: un recurso no renovable y en vías de extinción. Quizá por ignorancia o quizá por sumisión a quiénes les dieron el puesto.

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