Cuando el mando de la Wehrmacht proporcionó metanfetaminas a sus soldados
Por Alfred Lopez | Cuaderno de Historias – mié, 3 jul 2013
Pero no solo esa exigencia la tenía para los ciudadanos, sino que también la quería para cada uno de los miembros de su gobierno o del ejército.
Además de estar combatiendo en el frente durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados pertenecientes a la Wehrmacht debían realizar unos agotadores entrenamientos de altísimo nivel, los cuales les dejabanexhaustos y con un gran cansancio físico.
Debían ser los mejores y rendir al máximo, por lo que los médicos al servicio del Tercer Reichtrabajaban para aportar a los jóvenes soldados todas aquellas vitaminas y fármacos necesarios para que estos estuviesen más cerca de convertirse en superhéroes que en seres humanos corrientes.
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
Se les comenzó a suministrar dosis de dos pastillas, con las que la resistencia de cada uno de ellos aumentaba considerablemente, además de dotarlos de una buena atención y hacer que el sueño y cansancio les desapareciese. En algunos casos específicos se llegó a doblar las dosis, consiguiendo eliminar la necesidad de dormir durante más de 24 horas.
Pero al igual que los científicos a sueldo del gobierno nazi habían experimentado muchísimo sobre los beneficios que producía la ingesta de metanfetaminas, obviaron o no tuvieron la misma atención para estudiar los efectos secundarios que esta producía, dándose múltiples casos de paranoias, ansiedad y síndromes de abstinencia entre un buen número de soldados adictos al Pervitin.
Esto provocó que otros muchos comenzasen a consumir alcohol, como un revulsivo más a ese eufórico estado en el que se encontraban tras ‘doparse’. Algo que terminó yéndose de las manos de los responsables médicos de los militares.
Al mismo tiempo, otros equipos de investigadores seguían probando nuevas drogas con personal voluntario (mayoritariamente estudiantes universitarios), para después suministrárselo a los soldados en el frente.
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
Pero ya era demasiado tarde y los resultados, en forma de mayor rendimiento entre los soldados, hizo que muchos mandos hicieran oídos sordos a la nueva normativa y siguieran suministrando metanfetaminas a sus hombres.
Mientras, en los laboratorios farmacológicos alemanes se seguíainvestigando y produciendo nuevas drogas.
La IIGM iba avanzando y, tras la cruenta batalla de Stalingrado, los nazis no conseguían resultados satisfactorios para dominar Europa, por lo que algunos sectores del ejército presionaron para que los soldados recibieran una mayor dosis de Pervitin que mejorase su rendimiento en un 200%, triplicándose las dosis en algunos casos.
En 1944, el farmacólogo Gerhard Orzechowski presentó una nueva droga sintética a la que bautizó como D-IX, la cual contenía 5 mg de cocaína, 3 mg de Pervitin y 5 mg de Eukodal(un analgésico a base de morfina).
Se empezó a experimentar con la D-IX en miembros de la tripulación de un par de submarinos de laKriegsmarine (Marina de guerra), pero, afortunadamente, el fin de la guerra estaba próximo y se abortó dicho experimento, que podría haber llevado unas nefastas consecuencias a aquellos que la probaron, en caso de haberse prolongado el consumo.
Cabe destacar que, en 1940, a los 20 años de edad, uno de los soldados nazis que consumió metanfetaminas durante la guerra fue Heinrich Böll (célebre escritor que en 1972 ganó el Premio Nobel de Literatura). Según desveló el semanario alemán 'Der Spiegel', Böll mandó varias cartas a su familia en las que les pedía que le enviaran Pervitin, el cual le ayudaba a mantenerse en alerta.
Fuente: Der Spiegel
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