lunes, 8 de julio de 2013

PLANETA MARTE

1 --        Marte tiene una corona de nieve carbónica

Un mosaico de imágenes obtenidas por la misión Mars Express de la ESA revela que el polo norte del planeta rojo presenta un montículo de hielo con fosas espirales


Marte está coronado por un montículo de hielo surcado por oscuras fosas espirales, ha mostrado un nuevo mosaico de imágenes obtenidas por la misión Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA), que lleva ya 10 años en el espacio. El casquete de hielo tiene unos 1.000 kilómetros de diámetro y sus capas de agua congelada se extienden hasta una profundidad de unos dos kilómetros. Además, han sido moldeadas por los fuertes vientos que predominan en la región.




Casquete de hielo sobre el polo norte de Marte. Fuente: ESA.
Casquete de hielo sobre el polo norte de Marte. Fuente: ESA.
El polo norte de Marte está coronado por un montículo de hielo surcado por oscuras fosas espirales, tal y como muestra un nuevo mosaico de imágenes obtenidas por la misión Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA).

El mosaico está formado por 57 imágenes independientes tomadas en concreto con la Cámara Estéreo de Alta Resolución de Mars Express a lo largo de toda su misión, que acaba de cumplir diez años en el espacio. La sonda europea tomó las fotos cuando se encontraba en el punto de su órbita más próximo al planeta, a tan sólo 300 kilómetros de altitud.

El casquete de hielo tiene unos 1.000 kilómetros de diámetro y, gracias al radar de Mars Express, capaz de penetrar en el terreno, los científicos han podido determinar que las capas de agua congelada se extienden hasta una profundidad de unos dos kilómetros. Las distintas capas son el resultado de la fusión estacional y posterior acumulación de hielo mezclado con polvo, informa la ESA en un comunicado.


Corona cubierta de nieve carbónica 

El depósito de agua congelada está recubierto por una fina capa de nieve carbónica o hielo seco (dióxido de carbono en estado sólido), de unos pocos centímetros de espesor.

Durante los veranos más cálidos, la mayor parte del dióxido de carbono se sublima y escapa a la atmósfera, dejando las capas de agua al descubierto.

Cada invierno el casquete acumula entre un metro y medio y dos metros de hielo seco, y puede alcanzar los 45º de latitud.

Se piensa que sus características fosas espirales, que recuerdan a un molinillo, son el resultado de los fuertes vientos que predominan en la región.

En la parte inferior izquierda del casquete se puede observar una sima de 318 kilómetros de longitud y dos kilómetros de profundidad, conocida como Chasma Boreale.

Este cañón es anterior a las fosas espirales, y se va haciendo más profundo a medida que los nuevos depósitos de hielo se acumulan a su alrededor. Visto de cerca, el fondo de Chasma Boreale está cubierto de oscuras dunas de arena espolvoreadas con una capa de escarcha blanca.





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2 --               Un cometa llevó agua a Júpiter en 1994

Pruebas recogidas por el observatorio espacial Herschel de la ESA desvelan un misterio de casi dos décadas


En 1995, el Observatorio Espacial Infrarrojo de la ESA detectó y estudió por vez primera la presencia de agua en las capas más altas de la atmósfera de Júpiter. Por aquel entonces ya se presentó la hipótesis de que el agua podría proceder de un cometa pero faltaban pruebas que la respaldasen. El observatorio espacial Herschel las ha aportado por fin.



Distribución de agua en la atmósfera de Júpiter. Fuente: ESA.
Distribución de agua en la atmósfera de Júpiter. Fuente: ESA.
El observatorio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha resuelto el misterio sobre el origen del agua presente en las capas más altas de la atmósfera de Júpiter, aportando pruebas concluyentes que indican que el agua procede del impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 en julio de 1994.

Durante aquella espectacular colisión, una cadena de 21 fragmentos del cometa se precipitaron sobre el hemisferio sur de Júpiter a lo largo de toda una semana, dejando unas oscuras cicatrices en la atmósfera del planeta que fueron visibles durante varias semanas.

Este imponente suceso fue la primera observación directa de una colisión fuera de nuestro propio planeta. Fue seguido en directo por astrómonos aficionados y profesionales de todo el mundo con la ayuda de telescopios en tierra y con el Telescopio Espacial NASA/ESA Hubble.

Primeras sospechas

El Observatorio Espacial Infrarrojo de la ESA fue lanzado en 1995 y fue el primero en detectar y estudiar la presencia de agua en las capas más altas de la atmósfera de Júpiter. Por aquel entonces ya se presentó la hipótesis de que el agua podría proceder del cometa Shoemaker-Levy 9, pero faltaban pruebas que la respaldasen.

Los científicos fueron capaces de excluir un origen interno, como por ejemplo vapor de agua procedente de capas más bajas de la atmósfera del planeta, ya que el vapor no es capaz de atravesar la ‘trampa fría’ que separa la estratosfera de la capa visible de nubes en la troposfera de Júpiter.

Por lo tanto, el agua en la estratosfera joviana tenía que proceder del exterior. Pero hubo que esperar 15 años para poder determinar su origen, hasta que Herschel utilizó sus sensibles ojos infrarrojos para estudiar la distribución horizontal y vertical de la huella química del agua en Júpiter.


Se descarta la lluvia de polvo interplanetario

Las observaciones de Herschel determinaron que había 2-3 veces más agua en el hemisferio sur de Júpiter que en el norte, con la mayor parte de ella concentrada cerca de los lugares donde había impactado el cometa en 1994. Por otra parte, el agua sólo se encontraba a gran altitud.

“Sólo Herschel fue capaz de proporcionar la resolución espectral necesaria para encontrar el eslabón perdido entre la presencia de agua en Júpiter y el impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 en 1994”, explica Thibault Cavalié del Laboratorio de Astrofísica de Burdeos, autor principal de un artículo al respecto publicado enAstronomy and Astrophysics, en un comunicado de la ESA. “Según nuestros modelos, un 95% del agua en la estratosfera de Júpiter procede del impacto del cometa”.

Otra posible fuente de agua sería una lluvia continua de pequeñas partículas de polvo interplanetario. Pero, en este caso, el agua debería estar distribuida de forma uniforme en todo el planeta y se tendría que haber filtrado a cotas más bajas.

Por otra parte, una de las lunas de hielo de Júpiter podría haber aportado agua al planeta a través de un gigante chorro de vapor, como muestran las observaciones de Herschel de la luna Encélado. Esta hipótesis también ha sido descartada, ya que ninguna de las lunas jovianas se encontraba en el lugar apropiado para aportar agua con la distribución observada.

Agua en cuatro planetas gigantes 

Finalmente, los científicos también descartaron la hipótesis de que los impactos observados por astrónomos aficionados en 2009 y 2010 pudieran haber realizado una aportación significativa, o que las observaciones pudiesen ser el resultado de variaciones locales en la temperatura de la atmósfera de Júpiter. Shoemaker-Levy 9 era el único culpable.

“Los cuatro planetas gigantes del Sistema Solar exterior presentan agua en sus atmósferas, pero la podrían haber obtenido a través de cuatro mecanismos diferentes”, explica Cavalié. “En Júpiter, está claro que el aporte del cometa Shoemaker-Levy 9 es el más importante, aunque las otras fuentes también podrían haber contribuido en menor medida”.

“Gracias a las observaciones de Herschel, hemos sido capaces de relacionar el impacto de un cometa – que capturó la atención del público y se siguió en directo desde todo el mundo – con la presencia de agua en Júpiter, resolviendo un misterio que nos había mantenido intrigados durante casi dos décadas”, añade Göran Pilbratt, científico del proyecto Herschel para la ESA.

Las observaciones realizadas durante este estudio son un adelanto de las que realizará la futura misión JUICE de la ESA, que partirá hacia el sistema joviano en 2022, donde estudiará la distribución de los ingredientes de la atmósfera de Júpiter con mucho más detalle.

Referencia bibliográfica:

T. Cavalié, H. Feuchtgruber, E. Lellouch, M. de Val-Borro, C. Jarchow, R. Moreno4, P. Hartogh, G. Orton, T. K. Greathouse, F. Billebaud, M. Dobrijevic, L. M. Lara, A. González y H. Sagawa. Spatial distribution of water in the stratosphere of Jupiter from Herschel HIFI and PACS observationsAstronomy and Astrophysics (2013). DOI:
http://dx.doi.org/10.1051/0004-6361/201220797.




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3 --                          

Se buscan voluntarios para colonizar Marte

La compañía holandesa Mars One sigue adelante con su proyecto de poblar el planeta rojo a partir de 2023


La compañía holandesa Mars One pretende establecer una colonia humana permanente en Marte a partir del año 2023. En julio de 2013, comenzará el proceso de selección de los voluntarios que emprenderán un viaje sin retorno al planeta rojo. Diversos desafíos afronta la compañía para cumplir con sus planes, entre ellos el tecnológico o el económico (se calcula que el proyecto requerirá de una inversión de unos 4.600 millones de euros). Pero para todos ellos asegura tener soluciones. Por Yaiza Martínez.




Fuente: Mars One.
Fuente: Mars One.
La compañía holandesa Mars One, que es un proyecto del investigador Bas Lansdorp cuyo objetivo es establecer una colonia humana permanente en Marte, está buscando personas decididas a colonizar el planeta rojo, según ha informado la BBC.

El viaje sería solo de ida porque, según declaraciones de Lansdorp realizadas en una visita a la oficina de la BBC de Londres, durante el viaje de siete a ocho meses que supone llegar a Marte, los voluntarios perderían masa ósea y muscular y, tras pasar mucho tiempo en el campo gravitacional de Marte, más débil que el de la Tierra, les resultaría casi imposible adaptarse de nuevo a la gravedad de nuestro planeta.

Criterios de selección

El pasado mes de enero, la compañía informaba en un comunicado de las características que precisan los aspirantes a poblar el planeta rojo: no necesitarán tener una formación militar ni experiencia en pilotar aviones ni siquiera estudios científicos.

Lo que sí será importante es que sean inteligentes, tengan una buena salud mental y física, y estén dispuestos a dedicar ocho años a formarse y aprender, antes de alejarse para siempre hacia su nuevo hogar.

Norbert Kraft, ex investigador de la NASA y director médico del proyecto desde 2012, explica que en este sentido lo que más preocupa es la capacidad de cada potencial colono de convivir con otras personas: “Buscamos la estabilidad psicológica y la capacidad de resistir cuando las cosas se pongan difíciles en Marte”, afirma.

Los solicitantes deberán, además, tener al menos 18 años de edad, un profundo sentido de propósito, voluntad de construir y mantener relaciones saludables, capacidad de auto-reflexión, y capacidad de confiar. Deben ser resistentes, adaptarse con facilidad, curiosos, creativos e ingeniosos.

Y es que Mars One no busca habilidades profesionales específicas, que serán aprendidas en la etapa de formación planeada, sino más bien habilidades sociales y capacidad de resistencia y de adaptación. Estos criterios de selección han sido detallados a fondo en la sección “What are the qualifications to apply?” (¿Cuáles son las aptitudes que hay que tener?) de la web page de la compañía.

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El papel del reality show 

Un aspecto sorprendente de este proyecto es cómo se va a llevar a cabo el proceso de selección de los astronautas que habrán de colonizar Marte.

Por un lado, los postulantes serán elegidos a partir de un análisis crítico realizado por expertos de Mars One. Pero no solo, la compañía está intentando asegurar patrocinadores e inversores (se calcula que se necesitan unos 4.600 millones de euros para cumplir los objetivos) mediante la conversión de todo el proyecto en un auténtico reality show, que implicará la elección de algunos de los astronautas por parte de un público global.

Los responsables de Mars One planean que tanto la preparación como la llegada a Marte sean seguidas por las televisiones de todo el planeta. Este mismo año comenzarán los procesos de selección de los participantes del reality. La primera ronda se realizará en julio de 2013.

Los interesados deberán mandar un video donde expliquen por qué deben ser los seleccionados para este proyecto. Hasta ahora, se han inscrito 45.000 interesados en recibir información del proyecto, y 10.000 personas ya han enviando emails preguntando acerca del proceso de postulación, ha publicado La Tercera.

¿Un proyecto realista?

Diversos retos ponen en cuestión el éxito de este proyecto. Uno de ellos, según la BBC, es que Marte está expuesto a las partículas de alta energía del Sol o viento solar. La atmósfera del planeta rojo sería demasiado fina como para evitar que estas partículas llegasen hasta los humanos.

Por eso, la superficie de Marte sería extremadamente hostil para la vida. Pero tampoco existe en el planeta rojo una sustancia primordial para nuestra supervivencia: el agua. Y en él, los niveles de radiación son más altos que en la Tierra. En este sentido, el proyecto contempla crear unas cúpulas que los propios colonos tendrán que montar en Marte. En estas se guardarán alimentos y todo lo necesario para la supervivencia. Pero el planeta rojo podría albergar otras sorpresas desagradables, como riesgos de salud desconocidos.

También existen importantes desafíos tecnológicos. Mars One habla de cómo resolverlos en otra sección de su web. En ella cuenta cómo planea enviar un cohete lanzador, lleno de “cargas útiles”; desarrollar vehículos que transporten a los astronautas hasta Marte; y contar con una “unidad de apoyo a la vida”, que contendrá los sistemas de generación de energía, agua y oxígeno que serán indispensables para la supervivencia de los emigrantes espaciales. Asimismo, se desarrollará un módulo de aterrizaje con una parte inflable que creará un gran espacio en el que podrán vivir los seres humanos, aseguran.

Por último, Mars One planea crear un paquete tecnológico de supervivencia compuesto por vehículos de desplazamiento en Marte, trajes que los astronautas deberán ponerse en el planeta rojo y un sistema de comunicación que transmitirá vídeos desde Marte a un satélite de comunicaciones que las enviará a la Tierra.

Plan de la misión

• 2013: Los primeros 40 astronautas serán seleccionados y una réplica del establecimiento será construido para su entrenamiento.

• 2014: Se fabricará el primer satélite de comunicación.

• 2016: Una misión de aprovisionamiento será lanzada con 2,5 toneladas de comida en un SpaceX Dragon (nave espacial reutilizable, desarrollada por la empresa privada estadounidense SpaceX) modificado.

• 2018: Un vehículo de exploración similar al rover usado en la luna será lanzado para elegir la ubicación de la colonia.

• 2021: Se enviarán seis Dragons adicionales y otro rover junto a dos unidades habitables, dos unidades de soporte vital y dos unidades aprovisionadoras.

• 2022: Una nave Falcon Heavy, de SpaceX, será lanzada con el primer grupo de cuatro colonizadores dentro.

• 2023: Los primeros colonizadores llegarán a Marte.

• 2025: Llegará a Marte un segundo grupo de cuatro colonizadores.

• 2033: La colonia alcanzará los 20 habitantes.

Fuente: Wikipedia.


Yaiza Martínez es escritora, periodista, y redactora-jefe de Tendencias21. 

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