1 --------El cambio climático provoca efectos catastróficos en las profundidades oceánicas 10/11/2009
El cambio climático está afectando a las profundidades oceánicas y a sus ecosistemas, señala un estudio reciente, realizado por un equipo de investigadores británico-estadounidense.
El estudio revela, en concreto, que la cadena trófica o alimentaria situada a varios miles de metros bajo la superficie del mar está sufriendo graves alteraciones debido al cambio climático.
Estos resultados se han basado en datos recopilados en dos estaciones de observación situadas en el mar, una al suroeste de Irlanda y otra en la zona media de la costa de California. Según los científicos, esta investigación ha encontrado pruebas contundentes del daño que pueden llegar a sufrir los fondos marinos.
La disponibilidad de alimento en las profundidades submarinas se está viendo condicionada por el impacto del cambio climático en los procesos oceánicos que posibilitan la llegada de nutrientes hasta el fondo de los océanos. Los resultados pueden ser catastróficos para los organismos de las profundidades.
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2 - Casi la mitad de los océanos terrestres padece el impacto de la actividad humana
Creado el primer mapa global del entorno marino desde la perspectiva de su deterioro
Más del 40% de los océanos de la Tierra está afectado por la actividad humana. Las zonas más dañadas: el mar del Norte, los océanos del sur y el este de China, el Mar Caribe, los océanos de la costa este y norte de América, el mar Mediterráneo, el mar Rojo, el Golfo Pérsico, el mar de Bering y diversas áreas del Pacífico occidental. El océano cercano a los polos se salva por ahora, pero corre un grave riesgo como consecuencia del cambio climático. Esto es lo que revela el primer mapa global sobre el estado de los océanos realizado por científicos estadounidenses. Las perspectivas son desalentadoras, pero el mapa ha sido elaborado no sólo para indicar donde se encuentran los problemas sino, sobre todo, para servir de herramienta para solucionarlos. Por Yaiza Martínez.
El 41% de los océanos del planeta está muy afectado por el impacto de la actividad humana, señala el primer mapa global sobre los efectos de nuestras acciones en el entorno marino, que ha sido realizado por científicos del National Center for Ecological Analysis and Synthesis (NCEAS de la Universidad de California en Santa Barbara, Estados Unidos.
Para el desarrollo de este mapa, un modelo espacial de múltiples escalas, se sintetizaron 17 conjuntos de datos globales de cambio ecológico causado por agentes antropogénicos (como la explotación pesquera, el cambio climático o la contaminación, entre otros) en 20 ecosistemas marinos. Las áreas del océano que han sufrido el menor impacto se encuentran principalmente cerca de los polos terrestres, informa la revista Science.
Este trabajo, dirigido por el NCEAS, fue presentado el pasado 14 de febrero en un encuentro de la American Association for the Advancement of Science (AAAS. En él han trabajado 19 científicos de diversas universidades, organizaciones no gubernamentales y agencias estatales, informa la UC en Santa Bárbara en uncomunicado.
Zonas más afectadas
El estudio ha sintetizado datos globales del impacto humano en diversos ecosistemas marinos, como los arrecifes de coral, las plataformas continentales y las profundidades del océano. Investigaciones anteriores habían analizado ya el efecto de actividades aisladas o los daños en ecosistemas concretos, pero no a escala global. Ahora, los científicos disponen de una herramienta con la que conocer la influencia total de las actividades humanas en este entorno.
Según señalan los investigadores, dirigidos por el científico del NCEAS, Ben Halpern, estos resultados demuestran que la situación es mucho peor de lo que cabría esperar y que, en demasiados casos, la magnitud del problema es inquietantemente grande.
Por eso resulta esencial este mapa que, afirman los científicos, puede servir como modelo para el asesoramiento acerca de estos impactos a escalas locales y regionales. El mensaje para los gobiernos y equipos políticos es claro: son necesarias acciones de preservación en muchos lugares de todo el planeta.
Las zonas marinas más fuertemente afectadas incluyen amplias áreas del mar del Norte, de los océanos del sur y el este de China, del Mar Caribe, de los océanos de la costa este y norte de América, del mar Mediterráneo, del mar Rojo, del Golfo Pérsico, del mar de Bering y de diversas áreas del Pacífico occidental.
Ecosistemas en peligro
Las zonas menos afectadas se encuentran mayoritariamente cerca de los polos de la Tierra, y también a lo largo de la costa norte de Australia, y en pequeñas y dispersas localizaciones a lo largo de las costas de Sudamérica, África, Indonesia y el Pacífico Tropical.
Desafortunadamente, según los científicos, a medida que el hielo polar desaparece como consecuencia del cambio climático y las actividades humanas se extienden también a estas áreas, aumenta el riesgo de una rápida degradación de estos ecosistemas que aún se conservan casi en su estado original.
La influencia humana sobre el océano varía asimismo de un ecosistema a otros. Los más dañados son los arrecifes de coral, los lechos marinos, los manglares, los arrecifes rocosos y las montañas marinas. Los ecosistemas menos afectados están en áreas de mar abierto y de fondo suave.
Elaboración del modelo
El NCEAS explica la elaboración del mapa global, que fue llevada a cabo en cuatro fases. En primer lugar, los científicos recopilaron o crearon mapas terrestres de todos los tipos de actividades humanas que directa o indirectamente impactan sobre los ecosistemas oceánicos. En total se realizaron mapas de 17 actividades diferentes. Asimismo, se reunieron mapas relativos a 14 ecosistemas marinos diversos y se modeló la distribución de otros seis ecosistemas más.
En segundo lugar, para estimar las consecuencias ecológicas de estas actividades, los investigadores crearon una metodología de cuantificación de la vulnerabilidad de diferentes ecosistemas marinos frente a cada una de ellas. Posteriormente, en tercer lugar, crearon el mapa de impacto acumulativo a partir de los mapas de las 17 actividades dañinas para el ecosistema y de los datos de vulnerabilidad, con el fin de convertir las amenazas en cifras de impacto ecológico.
Por último, se cotejaron los resultados con datos anteriores sobre estimaciones globales aparecidos en estudios previos y referentes a las condiciones de los ecosistemas marinos.
Todavía incompleto
A pesar de todo este esfuerzo, los autores admiten que el trabajo es aún incompleto, porque muchas de las actividades humanas han sido aún poco estudiadas y hay falta de datos. Sin embargo, a medida que se tengan disponibles nuevos datos, el presente mapa podrá ser redefinido y actualizado. Los científicos temen que esta actualización dé lugar a una perspectiva aún más catastrófica del estado de los océanos.
De cualquier forma, el modelo aporta ya información esencial para la evaluación de los lugares en que ciertas actividades aún no han afectado tanto al mar y de los lugares donde estas actividades deberían detenerse o trasladarse a áreas menos vulnerables.
Con él los grupos ecologistas y de gestión podrán decidir mejor donde, cuando y en que invertir sus esfuerzos y recursos. En la protección de los océanos, el mapa servirá para conocer donde las actividades humanas tienen mayor impacto o establecer que tipos de ecosistemas necesitan intervención.
Los humanos ha usado siempre los océanos para la extracción de recursos o para la actividad comercial, entre otras actividades, pero actualmente estas actividades deben llevarse a cabo de manera sostenible, para que los océanos se mantengan sanos y continúen suministrándonos los recursos que necesitamos y queremos, señala Halpern.
Para el desarrollo de este mapa, un modelo espacial de múltiples escalas, se sintetizaron 17 conjuntos de datos globales de cambio ecológico causado por agentes antropogénicos (como la explotación pesquera, el cambio climático o la contaminación, entre otros) en 20 ecosistemas marinos. Las áreas del océano que han sufrido el menor impacto se encuentran principalmente cerca de los polos terrestres, informa la revista Science.
Este trabajo, dirigido por el NCEAS, fue presentado el pasado 14 de febrero en un encuentro de la American Association for the Advancement of Science (AAAS. En él han trabajado 19 científicos de diversas universidades, organizaciones no gubernamentales y agencias estatales, informa la UC en Santa Bárbara en uncomunicado.
Zonas más afectadas
El estudio ha sintetizado datos globales del impacto humano en diversos ecosistemas marinos, como los arrecifes de coral, las plataformas continentales y las profundidades del océano. Investigaciones anteriores habían analizado ya el efecto de actividades aisladas o los daños en ecosistemas concretos, pero no a escala global. Ahora, los científicos disponen de una herramienta con la que conocer la influencia total de las actividades humanas en este entorno.
Según señalan los investigadores, dirigidos por el científico del NCEAS, Ben Halpern, estos resultados demuestran que la situación es mucho peor de lo que cabría esperar y que, en demasiados casos, la magnitud del problema es inquietantemente grande.
Por eso resulta esencial este mapa que, afirman los científicos, puede servir como modelo para el asesoramiento acerca de estos impactos a escalas locales y regionales. El mensaje para los gobiernos y equipos políticos es claro: son necesarias acciones de preservación en muchos lugares de todo el planeta.
Las zonas marinas más fuertemente afectadas incluyen amplias áreas del mar del Norte, de los océanos del sur y el este de China, del Mar Caribe, de los océanos de la costa este y norte de América, del mar Mediterráneo, del mar Rojo, del Golfo Pérsico, del mar de Bering y de diversas áreas del Pacífico occidental.
Ecosistemas en peligro
Las zonas menos afectadas se encuentran mayoritariamente cerca de los polos de la Tierra, y también a lo largo de la costa norte de Australia, y en pequeñas y dispersas localizaciones a lo largo de las costas de Sudamérica, África, Indonesia y el Pacífico Tropical.
Desafortunadamente, según los científicos, a medida que el hielo polar desaparece como consecuencia del cambio climático y las actividades humanas se extienden también a estas áreas, aumenta el riesgo de una rápida degradación de estos ecosistemas que aún se conservan casi en su estado original.
La influencia humana sobre el océano varía asimismo de un ecosistema a otros. Los más dañados son los arrecifes de coral, los lechos marinos, los manglares, los arrecifes rocosos y las montañas marinas. Los ecosistemas menos afectados están en áreas de mar abierto y de fondo suave.
Elaboración del modelo
El NCEAS explica la elaboración del mapa global, que fue llevada a cabo en cuatro fases. En primer lugar, los científicos recopilaron o crearon mapas terrestres de todos los tipos de actividades humanas que directa o indirectamente impactan sobre los ecosistemas oceánicos. En total se realizaron mapas de 17 actividades diferentes. Asimismo, se reunieron mapas relativos a 14 ecosistemas marinos diversos y se modeló la distribución de otros seis ecosistemas más.
En segundo lugar, para estimar las consecuencias ecológicas de estas actividades, los investigadores crearon una metodología de cuantificación de la vulnerabilidad de diferentes ecosistemas marinos frente a cada una de ellas. Posteriormente, en tercer lugar, crearon el mapa de impacto acumulativo a partir de los mapas de las 17 actividades dañinas para el ecosistema y de los datos de vulnerabilidad, con el fin de convertir las amenazas en cifras de impacto ecológico.
Por último, se cotejaron los resultados con datos anteriores sobre estimaciones globales aparecidos en estudios previos y referentes a las condiciones de los ecosistemas marinos.
Todavía incompleto
A pesar de todo este esfuerzo, los autores admiten que el trabajo es aún incompleto, porque muchas de las actividades humanas han sido aún poco estudiadas y hay falta de datos. Sin embargo, a medida que se tengan disponibles nuevos datos, el presente mapa podrá ser redefinido y actualizado. Los científicos temen que esta actualización dé lugar a una perspectiva aún más catastrófica del estado de los océanos.
De cualquier forma, el modelo aporta ya información esencial para la evaluación de los lugares en que ciertas actividades aún no han afectado tanto al mar y de los lugares donde estas actividades deberían detenerse o trasladarse a áreas menos vulnerables.
Con él los grupos ecologistas y de gestión podrán decidir mejor donde, cuando y en que invertir sus esfuerzos y recursos. En la protección de los océanos, el mapa servirá para conocer donde las actividades humanas tienen mayor impacto o establecer que tipos de ecosistemas necesitan intervención.
Los humanos ha usado siempre los océanos para la extracción de recursos o para la actividad comercial, entre otras actividades, pero actualmente estas actividades deben llevarse a cabo de manera sostenible, para que los océanos se mantengan sanos y continúen suministrándonos los recursos que necesitamos y queremos, señala Halpern.
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3 - América sufrirá los efectos más dramáticos del aumento de los océanos
Expertos reunidos en Copenhague advierten de la vulnerabilidad de todo el continente
Norteamérica y Sudamérica están en peligro por los efectos del calentamiento global sobre el nivel del mar. Las zonas del Caribe, México, y Ecuador son las consideradas como de mayor riesgo, al igual que Nueva York y Florida, en los Estados Unidos. Teniendo en cuenta la densidad de población y el turismo que estas áreas suelen albergar, el peligro potencial es enorme. La economía de estos países también se verá afectada, en sectores como el de la agricultura o la industria pesquera. Los especialistas advierten de la urgencia de tomar medidas, ya que se calcula que hoy día 600 millones de personas viven en áreas que corren peligro de ser inundadas. Por Yaiza Martínez.
Los expertos en cambio climático de Norteamérica y de Sudamérica están cada vez más preocupados por las devastadoras implicaciones que tendrá la subida del nivel del mar para el continente.
Tal y como se explica en un artículo publicado por la BBC, la cosa no es para menos ya que estudios recientes señalan que el norte y el sur de América -que se habían visto como áreas menos vulnerables que otras del planeta (Vietnam o Bangla Desh, por ejemplo) frente a la amenaza del aumento de los océanos- ahora se contemplan como las de mayor peligrosidad.
En el último Congreso Científico Internacional sobre Cambio Climático -celebrado el pasado mes de marzo en Copenhague, y al que asistieron más de 2.000 personas, con 1.600 contribuciones de investigadores de más de 70 países- saltaron las alarmas: América está en peligro.
Más de un metro en 2100
En concreto, los especialistas apuntan a partes del Caribe, México, y Ecuador como las de mayor riesgo. Por otro lado, la ciudad de Nueva York y las áreas del sur de Florida también se encontrarían en una situación comprometida, si se cumplen las peores expectativas.
En 2007, el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) señalaba que los niveles de los océanos podían aumentar entre 18 y 59 centímetros para finales de este mismo siglo.
Sin embargo, los expertos reunidos en Copenhague consideran que este aumento será mucho mayor: de un metro o más, aún cuando las emisiones de gases de efecto invernadero se redujesen.
Este aumento cambiará “irreversiblemente la geografía de las zonas costeras de Latinoamérica”, declaró para la BBC el especialista en la materia Walter Vergara, que en 2007 preparó ya un informe sobre el tema para el Banco Mundial.
Según Vergara, “el aumento de un metro del nivel de los océanos supondría la inundación de las costas deGuyana, donde se localiza el 70% de la población y el 40% de las tierras de cultivo del país. Esto supondría una reorganización general de su economía”.
Efectos humanos y económicos
A los expertos también les preocupan los humedales de las costas del Golfo de México, que quedarían devastados por el efecto de la subida del nivel del mar, así como el Caribe mexicano, las islas caribeñas, las Bahamas, las Guayanas, Guayaquil (en Ecuador) o Jamaica.
Considerando la densidad de población que presentan estas áreas, por turismo y por habitantes, la situación es aún más preocupante.
Por ejemplo, según un estudio de ONU-Habitat (el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos) llevado a cabo en 2008, en la mayoría de las islas del Caribe el 50% de la población vive dentro de un área de dos kilómetros desde la costa hacia el interior, por lo que cualquier subida del nivel del mar les afectaría directamente.
Desde la perspectiva económica, el ejemplo sería Ecuador, un país cuyo principal pilar económico es la industria pesquera, que también se vería en peligro por este fenómeno climático.
Por esta razón, Ecuador estaría entre los 10 países que más podrían sufrir el aumento de los océanos. En este grupo de 10 también estarían Argentina, México o Jamaica, por los daños que dicho aumento causaría en la agricultura.
Cambios en la Circulación Meridional Atlántica
Por otro lado, los especialistas advierten de que Nueva York y Florida sufren un peligro extra: el calentamiento global está afectando a la llamada Circulación Meridional Atlántica (AMOC), que es un componente esencial del sistema climático de la Tierra, y que consiste en un flujo de agua salada que se desplaza hacia el norte en las capas superiores del Atlántico, y en un flujo de agua fría que se desplaza hacia el sur, por el fondo del Atlántico.
Este sistema de corriente oceánica transporta una cantidad sustancial de calor desde los Trópicos y el Hemisferio Sur hacia el Atlántico Norte, donde el calor se transfiere a la atmósfera. Si se produjeran cambios en dicho sistema, habría un impacto importante en muchos aspectos del sistema climático global.
En la actualidad, los especialistas creen que es muy posible que la fuerza de AMOC disminuya aproximadamente un 30% durante este siglo como consecuencia del aumento de la presencia de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Este cambio ocasionaría un aumento extra del nivel del océano, que no afectaría a las ciudades costeras de Sudamérica pero sí a Nueva York y al estado de Florida, en Estados Unidos. En concreto, según un estudio del científico Jianjun Yin, de la Florida State University, el nivel del mar en Nueva York y Florida podría sufrir un aumento extra de 20 y 10 centímetros respectivamente, como consecuencia de este fenómeno.
600 millones de personas en peligro
Según se explica en un comunicado emitido por la Universidad de Copenhague, organizadora del encuentro, las últimas mediciones con satélites realizadas han demostrado que el nivel del mar ha continuado aumentando a una media de tres milímetros al año, desde 1993, como consecuencia del derretimiento de los glaciares de montaña y del hielo de Groenlandia y de la Antártica.
Este proceso de derretimiento de los polos se ha acelerado en la última década y, como consecuencia, también la velocidad a la que crece el mar.
Según los científicos, a menos que se tomen acciones urgentes y significativas de mitigación, el clima cruzará un límite durante el siglo XXI que llevará al mundo a un aumento del nivel del mar que puede alcanzar varios metros.
El impacto de este aumento, incluso en las proyecciones menos alarmistas, sería muy grave: el 10% de la población mundial -600 millones de personas- vive actualmente en áreas que corren peligro de ser inundadas.
Tal y como se explica en un artículo publicado por la BBC, la cosa no es para menos ya que estudios recientes señalan que el norte y el sur de América -que se habían visto como áreas menos vulnerables que otras del planeta (Vietnam o Bangla Desh, por ejemplo) frente a la amenaza del aumento de los océanos- ahora se contemplan como las de mayor peligrosidad.
En el último Congreso Científico Internacional sobre Cambio Climático -celebrado el pasado mes de marzo en Copenhague, y al que asistieron más de 2.000 personas, con 1.600 contribuciones de investigadores de más de 70 países- saltaron las alarmas: América está en peligro.
Más de un metro en 2100
En concreto, los especialistas apuntan a partes del Caribe, México, y Ecuador como las de mayor riesgo. Por otro lado, la ciudad de Nueva York y las áreas del sur de Florida también se encontrarían en una situación comprometida, si se cumplen las peores expectativas.
En 2007, el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) señalaba que los niveles de los océanos podían aumentar entre 18 y 59 centímetros para finales de este mismo siglo.
Sin embargo, los expertos reunidos en Copenhague consideran que este aumento será mucho mayor: de un metro o más, aún cuando las emisiones de gases de efecto invernadero se redujesen.
Este aumento cambiará “irreversiblemente la geografía de las zonas costeras de Latinoamérica”, declaró para la BBC el especialista en la materia Walter Vergara, que en 2007 preparó ya un informe sobre el tema para el Banco Mundial.
Según Vergara, “el aumento de un metro del nivel de los océanos supondría la inundación de las costas deGuyana, donde se localiza el 70% de la población y el 40% de las tierras de cultivo del país. Esto supondría una reorganización general de su economía”.
Efectos humanos y económicos
A los expertos también les preocupan los humedales de las costas del Golfo de México, que quedarían devastados por el efecto de la subida del nivel del mar, así como el Caribe mexicano, las islas caribeñas, las Bahamas, las Guayanas, Guayaquil (en Ecuador) o Jamaica.
Considerando la densidad de población que presentan estas áreas, por turismo y por habitantes, la situación es aún más preocupante.
Por ejemplo, según un estudio de ONU-Habitat (el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos) llevado a cabo en 2008, en la mayoría de las islas del Caribe el 50% de la población vive dentro de un área de dos kilómetros desde la costa hacia el interior, por lo que cualquier subida del nivel del mar les afectaría directamente.
Desde la perspectiva económica, el ejemplo sería Ecuador, un país cuyo principal pilar económico es la industria pesquera, que también se vería en peligro por este fenómeno climático.
Por esta razón, Ecuador estaría entre los 10 países que más podrían sufrir el aumento de los océanos. En este grupo de 10 también estarían Argentina, México o Jamaica, por los daños que dicho aumento causaría en la agricultura.
Cambios en la Circulación Meridional Atlántica
Por otro lado, los especialistas advierten de que Nueva York y Florida sufren un peligro extra: el calentamiento global está afectando a la llamada Circulación Meridional Atlántica (AMOC), que es un componente esencial del sistema climático de la Tierra, y que consiste en un flujo de agua salada que se desplaza hacia el norte en las capas superiores del Atlántico, y en un flujo de agua fría que se desplaza hacia el sur, por el fondo del Atlántico.
Este sistema de corriente oceánica transporta una cantidad sustancial de calor desde los Trópicos y el Hemisferio Sur hacia el Atlántico Norte, donde el calor se transfiere a la atmósfera. Si se produjeran cambios en dicho sistema, habría un impacto importante en muchos aspectos del sistema climático global.
En la actualidad, los especialistas creen que es muy posible que la fuerza de AMOC disminuya aproximadamente un 30% durante este siglo como consecuencia del aumento de la presencia de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Este cambio ocasionaría un aumento extra del nivel del océano, que no afectaría a las ciudades costeras de Sudamérica pero sí a Nueva York y al estado de Florida, en Estados Unidos. En concreto, según un estudio del científico Jianjun Yin, de la Florida State University, el nivel del mar en Nueva York y Florida podría sufrir un aumento extra de 20 y 10 centímetros respectivamente, como consecuencia de este fenómeno.
600 millones de personas en peligro
Según se explica en un comunicado emitido por la Universidad de Copenhague, organizadora del encuentro, las últimas mediciones con satélites realizadas han demostrado que el nivel del mar ha continuado aumentando a una media de tres milímetros al año, desde 1993, como consecuencia del derretimiento de los glaciares de montaña y del hielo de Groenlandia y de la Antártica.
Este proceso de derretimiento de los polos se ha acelerado en la última década y, como consecuencia, también la velocidad a la que crece el mar.
Según los científicos, a menos que se tomen acciones urgentes y significativas de mitigación, el clima cruzará un límite durante el siglo XXI que llevará al mundo a un aumento del nivel del mar que puede alcanzar varios metros.
El impacto de este aumento, incluso en las proyecciones menos alarmistas, sería muy grave: el 10% de la población mundial -600 millones de personas- vive actualmente en áreas que corren peligro de ser inundadas.
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